lunes, 12 de abril de 2010

la casa del florero





BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE COLOMBIA

CENTRO EDUCATIVO MONTECITOS

ANDREA PAOLA OSORIO PARADA


GRADO 9


Entre los años de 1739 y 1792 la casa fue propiedad del señor Francisco Moreno y Escandón, fiscal de la Real Audiencia y posteriormente cedido por Sebastián Rodríguez Trujillo a su hija quien alquilaba el balcón para presenciar los eventos que se realizaban en la plaza mayor.
Debido al carácter de plaza de
mercado, la casa del florero fue destinada en 1810 al comercio, en donde se encontraban diversos establecimientos uno de los cuales era el almacén de Gonzalez-Llorente. Después de los acontecimientos del 20 de julio de 1810, José Gonzalez-Llorente permaneció apresado hasta el 4 de enero de 1811, día en que regresó a la casa.
En
1960 la casa del florero comienza a funcionar como un museo abierto al público en donde se presenta una colección de documentos, pinturas y objetos personales de gran valor de personajes históricos que fueron protagonistas de la lucha por la independencia de Colombia.

Todo se originó cuando se rompió la base de un florero que algunos criollos fueron a solicitarle prestado a José González Llorente para el banquete que le ofrecerían a Antonio Villavicencio.
En uno de los locales del primer piso de la casa funcionaba la tienda de Llorente, según algunos historiadores, "la más importante de la calle principal", que es como decir hoy un gran almacén de cadena con todo lo necesario para ese momento.
Allí, las mujeres encontraban diademas, cepillos, collares, pulseras, pañolones, mantillas y ropa traída del extranjero, así como esencias y pelucas.
Para los hombres había 'pintas' oscuras y gruesas del invierno europeo, sombreros y abrigos.
La casa es el Museo del 20 de Julio desde 1960. Sin embargo, su actual director, Daniel Castro, le cambió el nombre por el de Museo de la Independencia, para estar más de acuerdo con el significado del Bicentenario.

La independencia de Colombia fue un proceso largo y sangriento. La primera fase de la Guerra, de 1810 a 1816, se caracterizó por constantes luchas internas entre los defensores de la independencia. En 1811 las provincias de la Nueva Granada se conformaron en un nuevo Estado independiente, consistente en una confederación débil de aquellas provincias que se habían declarado independientes en 1810. En 1816 los españoles ganaron de nuevo el control del país, con lo cual instala el llamado régimen del terror.[1] Si bien durante este periodo varios grupos republicanos se mantuvieron activos, ejerciendo un poder efectivo en los Llanos, principalmente en la guayana venezolana y en el Casanare, no sería sino hasta 1819 cuando se emprende el proceso final de expulsión del dominio español.

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